Taxi Guía – Taxi Driver

Hace más de un año, el Colegio Oficial de Guías Turísticos de las Islas Baleares (único de España, por cierto), avisaba sobre una irregularidad en el centro histórico de Palma de Mallorca: taxistas que, de manera irregular, ejercían de guías turísticos.

Legalmente, cualquier persona puede realizar explicaciones propias de un guía turístico siempre que sea a bordo de un vehículo, pero en ningún caso está permitido bajar del coche y continuar con el acompañamiento, cosa que al parecer sí ocurría en dicha ciudad. Pero en este caso concreto, era complicado probar cuándo un taxista ejercía de guía turístico, y la cosa no llegó a más.

En otras ciudades, como Valencia, se han impartido cursos de guía turístico dirigidos a taxistas y subvencionados por organismos públicos, con el fin de que los conductores adquirieran conocimientos sobre historia, arte y cultura que pudieran utilizar posteriormente en su trabajo y así mejorar la calidad de sus servicios, una iniciativa también llevada a cabo en otras ciudades españolas. En estos cursos, además, se enseñaba a los taxistas diversas posibilidades de rutas turísticas que podían ofrecer, en caso de que un turista les pidiera dar ‘una vuelta’ por la ciudad.

Este intrusismo de algunos taxistas en un terreno que no es el suyo no es bien recibido por el sector de los guías turísticos, cuyas opiniones por lo general son claras al respecto: “¿y si nosotros nos dedicáramos a transportar a los turistas en coche por la ciudad?” Lógicamente a los taxistas no les haría gracia este intrusismo profesional.

Pues mire usted por dónde, la ‘Bolkestein’ tiene para todos. La llamada ‘Ley Omnibus’, dentro de la Directiva de Servicios de la que hablábamos en otro artículo, implica que cualquier autónomo pueda pedir a su Comunidad Autónoma una licencia de transporte en vehículos ligeros. En otras palabras, cualquiera tendrá la oportunidad de ejercer de taxista. Por este motivo, hace pocas semanas, miles de taxistas salieron a manifestarse a las calles de Madrid.

Lo cierto es que los taxistas bastante tienen ya con lo suyo, entre la inseguridad laboral y el precio del gasóleo… Quizás ahora, la ‘Directiva Bolkestein’, que a tantos sectores afecta, sirva para que el colectivo de taxistas entienda por qué algunos guías turísticos critican y rechazan los “taxistas-guía”